SALOBREÑA, PARAISO DE LA POLEMICA
Como dice la canción... "Ni contigo, ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, sin ti porque me muero". Tal vez por vivir fuera de Salobreña, tengo una perspectiva muy distinta a mis paisanos que viven todo el año inmerso en esas calles empinadas y maravillosas.
No me resisto a dar mi opinión de tantos y tantos años, pues en verdad somos el paraíso de la polémica. No hay tema, circunstancia o acto que no pase el tamiz de la polémica siempre ávida de cada uno de los Salobreñeros. El tema, qué más da, lo importante es polemizar, discutir, cuestionar, debatir, porfiar, disputar, etc. si hasta se ha creado el Grupo "Salobreña a debate".
Nada ni nadie pueden decir o hacer algo que no lleve aparejado el sambenito de la crítica, el análisis, el reproche o el examen de nuestros vecinos y así nos va absolutamente en todo.
Hace tiempo escribí varios "Relatos de mis Entretelas", evocando la época de nuestro Castillo iluminado y recuperando el esplendor de años atrás, pues bien, ahora que se ha hecho realidad ese deseo, ya hay voces que critican que en época de crisis es un dispendio tal iluminación. Si llueve a cántaros y se inunda la Pontanilla, ya estamos echando la culpa al actual ayuntamiento. Si queremos progresar y tener hoteles de categoría estelar, ya estamos echando de menos nuestra querida y frondosa vega.
Si queremos tener camping para legalizar las acampadas irregulares, ya estamos polemizando diciendo qué pueblo queremos; si aplaudimos cualquier iniciativa para recuperar la parte alta del pueblo, no he dicho casco antiguo, porque también hay polémica dependiendo qué termino se use, los comerciantes de la parte baja se quejan de que solo se promocione la parte alta.
Si queremos calles, paseos, parques, avenidas, playas limpias y con una infraestructura adecuada a cada viandante, ya empezamos a discutir si esto debe ser así o asao, el caso es joder siempre la marrana. Muchas veces he llegado a pensar que si pudieran más de uno habría pedido volar por los aires el peñón para que no se separan las playas del mismo nombre y la charca, hasta ese punto llega nuestro deseo imperioso de agitar discusiones, porque conciencias pocas se agitan, ya que seguimos en todo igual o casi que toda la vida.
Si intentamos hacer, por fin, una estación de autobuses, nada de nada, apeadero y basta!
No exagero en mis palabras, pues siempre he pensado el motivo de que en Salobreña nunca haya cuajado el tejido corporativo, teniendo como teníamos esa vega fértil y rica, ni la caña de azúcar, ni las hortalizas, ni los frutos tropicales cuajarón nunca, mientras en pueblos cercanos como Motril y Almuñécar se creaban Cooperativas dignas de la mejor envidia; si hasta para llevar a cabo la Romería de la Patrona hemos tenido que hacer una Referéndum y aun no estamos de acuerdo con el resultado.
Me resisto a pensar que siempre seremos un pueblo subsidiado, que nunca tendremos nada, que nunca conseguiremos nada y que nunca saldremos del dichoso debate y de la odiosa polémica. Unámonos todos, salgamos adelante con la sola idea de conseguir un pueblo dinámico, trabajador, apetecible para sus habitantes y para sus forasteros.
Basta ya de polémicas inútiles que solo conducen a la demagogia fácil y a seguir arrastrando esta apatía nuestra y esa fatalidad que siempre nos acompaña a lo largo de nuestra existencia. Basta ya de tanto mirarnos el ombligo y no ver incluso la pelusa que se nos acumula en el mismo de no reconocer que está sucio. El pueblo de Salobreña es nuestro y para nosotros; exijamos a nuestros gobernantes que escuchen nuestras propuestas, pero al mismo tiempo pongamos la mano, el hombro y todo el cuerpo si hace falta para que esto de una vez por todas llegue a buen puerto, si es que alguna vez tenemos puerto.
Y como dice la otra canción... "Apurad que allí os espero se queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir..."
Como dice la canción... "Ni contigo, ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, sin ti porque me muero". Tal vez por vivir fuera de Salobreña, tengo una perspectiva muy distinta a mis paisanos que viven todo el año inmerso en esas calles empinadas y maravillosas.
No me resisto a dar mi opinión de tantos y tantos años, pues en verdad somos el paraíso de la polémica. No hay tema, circunstancia o acto que no pase el tamiz de la polémica siempre ávida de cada uno de los Salobreñeros. El tema, qué más da, lo importante es polemizar, discutir, cuestionar, debatir, porfiar, disputar, etc. si hasta se ha creado el Grupo "Salobreña a debate".
Nada ni nadie pueden decir o hacer algo que no lleve aparejado el sambenito de la crítica, el análisis, el reproche o el examen de nuestros vecinos y así nos va absolutamente en todo.
Hace tiempo escribí varios "Relatos de mis Entretelas", evocando la época de nuestro Castillo iluminado y recuperando el esplendor de años atrás, pues bien, ahora que se ha hecho realidad ese deseo, ya hay voces que critican que en época de crisis es un dispendio tal iluminación. Si llueve a cántaros y se inunda la Pontanilla, ya estamos echando la culpa al actual ayuntamiento. Si queremos progresar y tener hoteles de categoría estelar, ya estamos echando de menos nuestra querida y frondosa vega.
Si queremos tener camping para legalizar las acampadas irregulares, ya estamos polemizando diciendo qué pueblo queremos; si aplaudimos cualquier iniciativa para recuperar la parte alta del pueblo, no he dicho casco antiguo, porque también hay polémica dependiendo qué termino se use, los comerciantes de la parte baja se quejan de que solo se promocione la parte alta.
Si queremos calles, paseos, parques, avenidas, playas limpias y con una infraestructura adecuada a cada viandante, ya empezamos a discutir si esto debe ser así o asao, el caso es joder siempre la marrana. Muchas veces he llegado a pensar que si pudieran más de uno habría pedido volar por los aires el peñón para que no se separan las playas del mismo nombre y la charca, hasta ese punto llega nuestro deseo imperioso de agitar discusiones, porque conciencias pocas se agitan, ya que seguimos en todo igual o casi que toda la vida.
Si intentamos hacer, por fin, una estación de autobuses, nada de nada, apeadero y basta!
No exagero en mis palabras, pues siempre he pensado el motivo de que en Salobreña nunca haya cuajado el tejido corporativo, teniendo como teníamos esa vega fértil y rica, ni la caña de azúcar, ni las hortalizas, ni los frutos tropicales cuajarón nunca, mientras en pueblos cercanos como Motril y Almuñécar se creaban Cooperativas dignas de la mejor envidia; si hasta para llevar a cabo la Romería de la Patrona hemos tenido que hacer una Referéndum y aun no estamos de acuerdo con el resultado.
Me resisto a pensar que siempre seremos un pueblo subsidiado, que nunca tendremos nada, que nunca conseguiremos nada y que nunca saldremos del dichoso debate y de la odiosa polémica. Unámonos todos, salgamos adelante con la sola idea de conseguir un pueblo dinámico, trabajador, apetecible para sus habitantes y para sus forasteros.
Basta ya de polémicas inútiles que solo conducen a la demagogia fácil y a seguir arrastrando esta apatía nuestra y esa fatalidad que siempre nos acompaña a lo largo de nuestra existencia. Basta ya de tanto mirarnos el ombligo y no ver incluso la pelusa que se nos acumula en el mismo de no reconocer que está sucio. El pueblo de Salobreña es nuestro y para nosotros; exijamos a nuestros gobernantes que escuchen nuestras propuestas, pero al mismo tiempo pongamos la mano, el hombro y todo el cuerpo si hace falta para que esto de una vez por todas llegue a buen puerto, si es que alguna vez tenemos puerto.
Y como dice la otra canción... "Apurad que allí os espero se queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir..."
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