Miguel Hernández murió en la prisión de Alicante, enfermo de tuberculosis, a la edad de 31 años. Mientras estaba en la cárcel, su mujer Josefina, le cuenta en una carta que pasan hambre y sólo se alimentan de pan y cebolla. Él le responde con esta poesía "Nanas de Cebolla" dedicada a su hijo.
Vídeo montaje Alberto Cortez que puso música a este poema y que después se lo cedió a JMSerrat, en esta ocasión cantan juntos este poema en el disco "Coincidencias." .
https://youtu.be/...8j_9cif4JiI
Vídeo montaje Alberto Cortez que puso música a este poema y que después se lo cedió a JMSerrat, en esta ocasión cantan juntos este poema en el disco "Coincidencias." .
https://youtu.be/...8j_9cif4JiI
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
(Alondra de mi casa
ríete mucho,
que es la risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto,
que mi alma al oírte
bata el espacio.)
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus ojos
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
(Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera.)
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
(Alondra de mi casa
ríete mucho,
que es la risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto,
que mi alma al oírte
bata el espacio.)
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus ojos
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
(Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera.)
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
elninodelaurica.blogspot.com
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