MI AMIGO EL CHE
Ya saben, aquello de "los amigos se eligen pero la familia viene impuesta", supongo que es necesario un poco de rodaje vital para valorar las cosas como se debe: desengaños, tropiezos, decepciones, en definitiva aprender.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, así cantaba Gato Pérez esa canción que tanto me gustaba y efectivamente, creo tenía razón, pues a mí me ha dado la grata sorpresa que después de muchos años por este mundo, he llegado a conoce...r a mi amigo el Che.
Él es de tierra adentro, fuerte, dura y rocosa como el mármol, yo en cambio soy de mar, azúcar y ron, pero la amistad que ha surgido entre ambos, parece que lleváramos siglos juntos, mi familia es su familia y la suya es la mia.
Los amigos como él son un tesoro del que si uno no se da cuenta de su valor a tiempo, pueden desaparecer sin dejar el menor rastro. Pero creo, que a nuestra edad, seremos más amigos aun si cabe.
José Ortiz Medina, que ese es su nombre, aunque todos le conocen por “Che”, es la persona más sensata, cabal y humana que he conocido en mucho tiempo. Nunca le veréis enfadado, triste, aburrido y por supuesto, no le oiréis hablar mal de nadie. Al mismo tiempo, es un excelente cantor. Si cantor de karaoke, se sabe todas las letras, canciones habidas y por haber, y cuando coge el micrófono ya sabe en todo momento cómo debe poner la voz y el susurro de la canción.
Tengo la seguridad de que apareciste en medio de mi camino para ayudarme a ser una mejor persona y también para que me enseñes tantas cosas; pero tú eres una de esas personas que hacen que los demás, queramos ser siempre un poco mejores, si no para estar a tu altura, al menos, no desentonar.
Pues bien, querido amigo, aunque apenas conozco muchas de tus costumbres, alegrías y desencuentros con la vida, contigo he descubierto la existencia de un tipo de amistad, aquella que no necesita del trato continuo, de las aficiones compartidas, de la noticia regular, pero que, cuando pasado el tiempo, nuevamente nos encontramos se produce magia.
Esa magia de compartir un buen vino, unas risas y una canción en esa bodega que parece un sanador de almas, en donde nadie se siente extraño y donde todos queremos volver. Pues, se me olvidaba, tus chistes nos hacen reír, sanar y olvidarnos de lo feo de esta vida.
Gracias Che, por ser como eres.
Ya saben, aquello de "los amigos se eligen pero la familia viene impuesta", supongo que es necesario un poco de rodaje vital para valorar las cosas como se debe: desengaños, tropiezos, decepciones, en definitiva aprender.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, así cantaba Gato Pérez esa canción que tanto me gustaba y efectivamente, creo tenía razón, pues a mí me ha dado la grata sorpresa que después de muchos años por este mundo, he llegado a conoce...r a mi amigo el Che.
Él es de tierra adentro, fuerte, dura y rocosa como el mármol, yo en cambio soy de mar, azúcar y ron, pero la amistad que ha surgido entre ambos, parece que lleváramos siglos juntos, mi familia es su familia y la suya es la mia.
Los amigos como él son un tesoro del que si uno no se da cuenta de su valor a tiempo, pueden desaparecer sin dejar el menor rastro. Pero creo, que a nuestra edad, seremos más amigos aun si cabe.
José Ortiz Medina, que ese es su nombre, aunque todos le conocen por “Che”, es la persona más sensata, cabal y humana que he conocido en mucho tiempo. Nunca le veréis enfadado, triste, aburrido y por supuesto, no le oiréis hablar mal de nadie. Al mismo tiempo, es un excelente cantor. Si cantor de karaoke, se sabe todas las letras, canciones habidas y por haber, y cuando coge el micrófono ya sabe en todo momento cómo debe poner la voz y el susurro de la canción.
Tengo la seguridad de que apareciste en medio de mi camino para ayudarme a ser una mejor persona y también para que me enseñes tantas cosas; pero tú eres una de esas personas que hacen que los demás, queramos ser siempre un poco mejores, si no para estar a tu altura, al menos, no desentonar.
Pues bien, querido amigo, aunque apenas conozco muchas de tus costumbres, alegrías y desencuentros con la vida, contigo he descubierto la existencia de un tipo de amistad, aquella que no necesita del trato continuo, de las aficiones compartidas, de la noticia regular, pero que, cuando pasado el tiempo, nuevamente nos encontramos se produce magia.
Esa magia de compartir un buen vino, unas risas y una canción en esa bodega que parece un sanador de almas, en donde nadie se siente extraño y donde todos queremos volver. Pues, se me olvidaba, tus chistes nos hacen reír, sanar y olvidarnos de lo feo de esta vida.
Gracias Che, por ser como eres.