EL TITANIC PONE RUMBO A GRANADA
Hoy sábado, día 14 de febrero de 2015 y para más inri día de San Valentín he leído en el IDEAL en portada que el Titanic llegará a Granada el día 28 de este mes, en concreto al Parque de las Ciencias. Al principio he sentido asombro, después extrañeza y posteriormente preocupación.
Granada, nuestra querida ciudad anda de naufragio desde hace muchos años, yo que soy optimista diría que lo ha sido siempre, pero un naufragio asumido y querido por ...todos sus habitantes. Siempre hemos tenido muy asumido que éramos así y que no se podía cambiar, teníamos el sino siempre de nuestro lado.
Que si estábamos a la cola del paro en Andalucía, que si teníamos la renta per cápita de las más bajas de España, que si la segunda circunvalación nunca llegará, que si la carretera a mi pueblo Salobreña siempre estará llena de conos, que si el Ferial habrá que pagarlo a precio de oro, que si el Hospital Clínico se abrirá cuando la Junta quiera y la Alhambra, ay de mi Alhambra esa sí que me quita el sueño.
Ahora resulta, que la Alhambra parece ser que les estorba a mucha gente, de un lado el Patronato, siempre muy suyo y queriendo tirar siempre para Sevilla, pues si hubiesen podido ya se la hubieran llevado piedra a piedra; de otro el Ayuntamiento que cada día es más cateto y simplón, que piensa que los bosques de la alhambra deben servir para jugar al golf y sobre todo para crear salas de fiesta.
Ya va siendo hora, que en Granada tengamos políticos valientes, sensatos y sobre todo defensores de su ciudad, de su gente y por qué no de su idiosincrasia. Cansados estamos de este Gobierno del PP que tan poco ha hecho por esta ciudad, pero igual de hartos y hastiados de esa oposición que nunca llega, porque no sabe llegar y nunca tiene propuestas ni soluciones para los granadinos.
Entonces qué haremos, seguimos pensando en nuestra “malafollá” y en nuestro sino; espero y deseo que coincidiendo con la llegada del Titanic, no nos ocurra lo del fascinante transatlántico y naufraguemos en un mar de dudas, desconcierto y desgobierno.
Al final solo nos quedara Federico, afortunadamente sigue siendo nuestro, aunque aún no se haya abierto su Centro… ¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas, mientras sufren en la umbría el surtidor y la rosa?
Hoy sábado, día 14 de febrero de 2015 y para más inri día de San Valentín he leído en el IDEAL en portada que el Titanic llegará a Granada el día 28 de este mes, en concreto al Parque de las Ciencias. Al principio he sentido asombro, después extrañeza y posteriormente preocupación.
Granada, nuestra querida ciudad anda de naufragio desde hace muchos años, yo que soy optimista diría que lo ha sido siempre, pero un naufragio asumido y querido por ...todos sus habitantes. Siempre hemos tenido muy asumido que éramos así y que no se podía cambiar, teníamos el sino siempre de nuestro lado.
Que si estábamos a la cola del paro en Andalucía, que si teníamos la renta per cápita de las más bajas de España, que si la segunda circunvalación nunca llegará, que si la carretera a mi pueblo Salobreña siempre estará llena de conos, que si el Ferial habrá que pagarlo a precio de oro, que si el Hospital Clínico se abrirá cuando la Junta quiera y la Alhambra, ay de mi Alhambra esa sí que me quita el sueño.
Ahora resulta, que la Alhambra parece ser que les estorba a mucha gente, de un lado el Patronato, siempre muy suyo y queriendo tirar siempre para Sevilla, pues si hubiesen podido ya se la hubieran llevado piedra a piedra; de otro el Ayuntamiento que cada día es más cateto y simplón, que piensa que los bosques de la alhambra deben servir para jugar al golf y sobre todo para crear salas de fiesta.
Ya va siendo hora, que en Granada tengamos políticos valientes, sensatos y sobre todo defensores de su ciudad, de su gente y por qué no de su idiosincrasia. Cansados estamos de este Gobierno del PP que tan poco ha hecho por esta ciudad, pero igual de hartos y hastiados de esa oposición que nunca llega, porque no sabe llegar y nunca tiene propuestas ni soluciones para los granadinos.
Entonces qué haremos, seguimos pensando en nuestra “malafollá” y en nuestro sino; espero y deseo que coincidiendo con la llegada del Titanic, no nos ocurra lo del fascinante transatlántico y naufraguemos en un mar de dudas, desconcierto y desgobierno.
Al final solo nos quedara Federico, afortunadamente sigue siendo nuestro, aunque aún no se haya abierto su Centro… ¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas, mientras sufren en la umbría el surtidor y la rosa?